lunes, 24 de junio de 2013

Córdoba

Un fin de semana más nos pusimos en camino, esta vez nos dirigimos a Córdoba, España. Por la proximidad, debido a que vivimos en Sevilla, utilizamos el coche.

Salimos sobre las 9:00 de la mañana, llegando a Córdoba en poco más de hora y media. 
A continuación llegamos a nuestro hotel, era un poco cutre desde fuera, pero dentro estaba bastante bien. Un recepcionista muy amable nos atendió, y nos explicó la mejor manera de movernos por la ciudad, lugares para comer ... 
Con respecto al hotel, se llamaba Oasis de tres estrellas, cogimos una oferta de noche  y baños árabes por 100€, un poco caro para nuestro presupuesto, pero al coincidir con el fin de semana de San Valentín los precios estaban por las nubes.


Era un sábado lluvioso pero no muy frío, nos pusimos en camino con dirección centro, que se encontraba a 20 minutos del hotel. Cruzamos el Guadalquivir a través de un puente romano, que data del siglo I a.c, este enlazaba con el barrio de la mezquita. Nada más llegar, subimos por la calle de la mezquita y entramos en el palacio episcopal de Córdoba donde estaban dando una especie de concierto navideño y pudimos ver unas vasijas antiguas.



A continuación, callejeamos por el centro, visitamos patios típicos cordobeses, calles blancas con macetas perfectamente cuidadas, nos sentíamos a gusto, olía a frescor, a tradición era realmente hermoso.

Son las dos, hora de comer. El recepcionista nos recomendó un restaurante llamado Casa Paco, cerca de las Caballerizas Reales, el restaurante estaba muy bien decorado y el ambiente era bastante familiar. La carta muy completa, por lo que tardamos un rato en decidir, de primero y casi por obligación, tomamos el típico salmorejo cordobés, con huevo duro y jamón, de segundo compartimos un revuelto de patata y bacalao, todo esquisto. Para terminar pedimos una porción de tarta de 4 chocolates.




Por la tarde decidimos visitar la sinagoga, contratamos un guía que nos contó la historia de la misma.

17:00, hora de baños árabes, nos dirigimos a una callejuela situada al norte de la mezquita. Una vez dentro se respiraba tranquilidad, nos cambiamos en los vestuarios, una vez cambiados nos encontramos en las salas de baños. Las primera sala estaba compuesta por piscinas de aguas heladas, a penas nos pudimos meter, luego, la segunda sala estaba compuesta con una gran piscina templada, donde tomamos té y tenías la posibilidad de hacerte un masaje, por último, se encontraba la sala de agua caliente. Al cabo de hora y media salimos con una sensación de pureza tanto interior como exterior. 

Toca merendar, volviendo de los baños nos encontramos con una tetería escondida entre las mil calles que configuran el casco antiguo de Córdoba, entramos y nos tomamos un té de jazmín, zumo de naranja y unos pastelillos típicos árabes.


Más tarde volvimos caminando al hotel, con la impresión de que llevábamos un día entero en Córdoba y apenas habíamos visto nada, lo que creíamos que se vería en apenas un día, se convirtió en una visita muy divertida.

8:00, suena el despertador, ducha y nos ponemos en marcha, comenzamos el día con una visita al zoo de Córdoba, la verdad que no es muy grande pero merece la pena visitarlo, la entrada poco más de 3€.

Una vez fuera, visitamos la Alcazaba de los Reyes Católicos, un complejo rodeado por murallas con un inmenso jardín cuidado hasta el más mínimo detalle. La visita nos llevo más de dos horas y media, pero mereció la pena ya que uno de los atractivos de la visita era las vistas desde sus murallas y torretas, desde donde se visualizaba Córdoba entera. Aquí os dejo una fotos de las vistas. 


Respecto a sus jardines, los componían varias piscinas decoradas con fuentes de leones, petunias y otras flores preciosas, con un laberinto de setos.


Es de nuevo la hora de comer, optamos por probar un bar especializado en tortillas que nos habían recomendado, se trataba de un bar de poco más de  cuatro metros cuadrados, donde todo era cubiertos de plástico y mostrando un aspecto malo. Nos decidimos a entrar y pedimos dos trozos de tortilla, y puedo asegurar que el sabor era magnífico, la mejor que he probado, el bar se encuentra enfrente de la mezquita. Aquí dejo una foto de las tortillas, alucinante.


Para concluir la visita, terminamos como no, en el emblema de la ciudad, la mezquita. Compramos la entradas después de esperar una cola interminable, sólo al cruzar la puerta ya mereció la pena esperar la cola. Nada más entrar nos encontramos en una sala inmensa y homogénea, en el techo arcos árabes, de colores rojizos, donde se podían ver los arcos viejos y los remodelados. En los extremos varias salas contiguas dedicadas a altares ... Ya que la mezquita ahora es una catedral. Aquí os dejo varias fotos, aunque no puedo dar más detalles técnicos por desconocimiento de la materia.




Una vez terminada la visita a la mezquita, dejamos Córdoba, y pusimos de nuevo rumbo a Sevilla.

Quiero concluir, comentando que la visita a Córdoba se nos quedo pequeña, dejamos muchos sitios sin visitar de esta maravillosa ciudad, a la que a no tardar volveremos.



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